Una Noche de Nostalgia y Gritos
(El Tiempo empieza a pasar Factura)
Eran las 21:45 de la noche del Viernes 14 de Septiembre y con gran emoción salía con mi esposa a un concierto que pintaba para pasar una de las mejores veladas como hacia ya años que no pasábamos, era un gran preludio para festejar la noche del Grito de Independencia de nuestro país.
Ya tenía muchos años que no veíamos a 2 agrupaciones que marcaron a varias generaciones, que por supuesto, me marcaron con sus canciones, he crecido con ellas, las he cantado en cada fiesta a la que asisto, y hasta me han servido para poder conquistar a alguna chica; en fin son 2 grupos los cuales no me declaro el fan número uno, pero si me agradan, porque tal vez junto con 5 grupos más son de los más representativos del rock que se hace en nuestro país; señoras y señores estamos hablando de la grandiosa Casta (Castañeda en sus años gloriosos) y La Cuca.
El lugar que tuvo que aguantar a las más de 500 personas que llegaban deseosas de sacar el stress de una larga, pero muy larga semana laboral, era el ya tradicional Babel con bastante experiencia en este tipo de eventos.
A la llegada, me topé con algo que me dejó un grato sabor de boca, la gran mayoría de los asistentes (calculo un 80%) eran mayores a los 25 años, el resto andaba entre los 20, y digo que me dejó un gran sabor de boca por que a los últimos concierto que asistí solo me encuentro chamacos entre 13 y 18 años. Lo peor de todo es cuando solo van por los amigos o cuando el grupo está una moda, desconociendo totalmente lo que van a ver y a escuchar, solo van a emborracharse creyendo ser un verdadero rocker. Afortunadamente a los conciertos de La Casta y a La Cuca solo va gente que realmente recuerda, creció y vivió con ellos una parte de su vida.
Llegó el momento de la entrada, debo ser sincero iba más emocionado por ver a La Casta que por ver a La Cuca, después de la habitual revisión en dónde ponen una manoseada de las buenas y ¡uno ni la disfruta que es lo peor!, pasamos por la barra para poder quitarme la sed con unos moraditos, digo la verdad hay que estar bien para la hora de los gritos y como era barra libre pues había que desquitar los 400 pesotes que costó la entrada (por eso recomendamos adquirir sus entradas en preventa).
8 Moraditos, 2 visitas al baño, 120 deleitadas de pupila y varias mentadas de madre de mis pies (o sea 2 horas después) empezó el recital, el primer grupo en salir fue La Casta, Salvador, entre el humo, la luces se parecía al mítico Undertaker de la WWE, con sombrero y lentes obscuros (hubo quién dijo que más bien parecía un Bono del No-Mundo) y la euforia fue grande, toda la gente cantó las canciones de La Casta, la mayoría puro clásico, y unas cuantas del disco Llama Doble: Primera Llama.
La emoción era mayúscula, ya que los recuerdos empezaron a llegar con cada palabra y cada nota, el sonido de la música era excelso pero el de la voz dejaba mucho que desear, pero no importaba ya que cada canción era coreada, la sombra de Salvador en una de las paredes del escenario resaltaba más su personalidad y su participación en el concierto. Todos regresamos por lo menos 10 años a re vivir lo que más nos gusta, pero los movimientos de Salvador se encargaron de devolvernos a la realidad, cada día nos volvemos más viejos...
Tocó el turno de Cuca, empezó la tocada como solo ellos la podrían empezar con “Tetas y Chelas”, dedicándoles la siguiente rola a las “Gordibuenas”, además de recalcar que RBD y Porter no son rock con la rola “Rock y Sólo Rocky” así son ellos, ese es su sello, hacer que la gente en masa empiece a gritar, bailar, brincotear sus canciones y hasta un intento del baile del golpe (Slam) se hizo presente, pero solo quedo en eso, un intento fallido, los años empiezan a pasar factura. Para beneplácito de la gente que los ha seguido durante más de 17 años, Cuca se aventó 4 rolas de su segundo disco, y que obviamente nunca fueron sencillos (sólo Alcohol y Rock&Roll), “Mujer Cucaracha, Joder, Tus Piernas y Acariciando”.
Al contrario de La Casta, Cuca gozó de muy buen sonido en todos los sentidos, lo que hizo que la gente gritara más fuerte cada una de las rolas que tocaron durante más de una hora, cerrando con un collage de tres rolas “El Son del Dolor, Cara de Pizza e Implacable”.
Fue realmente una noche (a pesar de la rudeza y cruda música) una noche de Nostalgia y Gritos, en ese momento no me importó que La Casta no haya hecho algo por reinventarse y ser más grandes lo que ya son, no me importó que La Cuca en vivo en ese momento después de 3 o 4 rolas suenen a lo mismo; el fin era poder escuchar a los grupos con los que viví durante mucho tiempo, tal vez la época dorada de mi vida. Cuando salía de Babel me di cuenta que el tiempo cobró factura, mucha gente agotada sentada, acostada y dormida en el piso, no dudo que los efectos de los moraditos, las chelas y demás menjurjes hayan tenido que ver pero hace 10 años no se veía eso, y todo mundo aguantaba todo.
Los invito a que visiten nuestra galería.
Tags: , nota de David Escobedo, noticias internacionales
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