Allison
Categoría: NACIONAL | Fecha de Publicación: 7/3/2019 | Por: Ángel Armando Castellanos 'Araña'
Presenta su DVD – “Esa madre muerde”, afirma Erik Canales
¿Dónde guardas la selfie grupal después de un gran concierto? ¿En qué cuadro se enmarca? ¿Quién de la banda se la queda?
Erik se sienta en un asiento acojinado en una sala del Cinépolis de Plaza Universidad. A su lado están su pareja y sus nenes. Pide que le conviden unas palomitas y un trago de Ice. Recarga sólo la cadera y la cintura en el asiento y deja ‘flotando’ el resto de su espalda. La mano izquierda la pone en su barbilla; va a analizar algo.
De apellido Canales, el cantante de Allison vivirá algo único. Por primera vez verá un concierto de la agrupación en la que participa –posteriormente dejará bien clarito que no se trata de “su banda”- en una sala de cine, con un gran audio y una calidad de imagen… bueno, de eso poco.
Minutos antes de que inicie la presentación hay ocasión para que la prensa suelte algunos dardos –preguntas, preguntas- y a partir de cuestionar su sentir por el material que está a punto de proyectarse, Erik responde a Rocksonico: “no sabemos porqué se llenan nuestros shows”… Toda la noche se la pasará tratando de averiguarlo.
Filosofía Canales y la eterna pregunta del “porqué” y el “cómo chingados”.
Erik mantiene la misma postura casi toda la noche. Ojos fijos a la pantalla. Ojos de niño curioso, de adolescente incrédulo y de adulto medio mamón y medio escéptico.
Algunos whastapps lo devuelven a otra realidad. Al final lo que se percibe a partir de un proyector es cierto, pasó en el Teatro Metropolitan hace año y medio. Erik los responde y de inmediato vuelve a su observatorio de la hipótesis comprobada.
Sus ojos lo critican. Sus labios y sus facciones gritan insatisfacción. ¿Será por la calidad de la imagen que a veces pareciera de celular o de cámara con baja resolución? ¿Será por un encuadre? No… probablemente y a partir de la interpretación de la mano en su barbilla debe ser porque está seguro de que pudo hacerlo mucho mejor; pudo saltar más, pudo cantar más claramente, pudo cerrar los ojos para revivir con más claridad el instante en el que compuso la canción que está interpretando.
Sus pupilas fijas, como la de una bestia que mira a la presa, se relajan y lo muestran como a un niño travieso; el que metió los carritos a la lavadora y el que el robó un beso a la niña que le gustaba mientras se descubría en la pubertad.
En algún momento del concierto que observa a Fear, el guitarrista de Allison con la voz ida. Erik, pícaro, confianzudo, regresa a ser adolescente y suelta una carcajada. Probablemente el camerino del Metropolitan debió escuchar alguna burla al respecto.
Erik va reviviendo las canciones. Va sintiendo nostalgia y de repente los ojos se le cristalizan. La lágrima se queda bien guardadita, pero el brillo es completamente obvio. Parece decir “no mames” sin pronunciar palabra alguna.
Justo cuando parecía disfrutarlo el celular lo traiciona. Suena y por cómo se levanta del asiento parece que es importante. Al final resulta serlo. Se perdió siete temas del DVD por atender. Unos segundos después de volver sube una historia a su -¿Instagram?. Capaz se trató de una convivencia con fans o algo así.
Regresó a tiempo, a tiempo para sonrojarse sin que las mejillas se le coloreen. En el show hay un “¡Erik, Erik!” que le provoca una sonrisa un tanto vergonzosa. Da la impresión de que después de 16 años no se acostumbra al elogio desmedido de los fans.
Suena ‘Baby Please’ como respuesta a la locura del colectivo. En la sala de cine su pareja le apaña el brazo y le habla al oído.
Mientras suena la canción que habla de seguir sueños hasta el final él agacha la cabeza, se encorva más y parece mucho más reflexivo. El tema parece cursi, pero para él significa algo mucho más fuerte, algo que quizá lleva 16 años ocurriendo… quizá.
En ‘Ya no te amo’ parece relajarse. Se reclina, incluso; su espalda por fin parece acariciar el asiento acojinado. La mano también se aleja de la barbilla y vuelve a sorber el Ice.
Él Erik del Metropolitan bromea con que “si brincan espero que esto no se caiga” antes de iniciar con ‘Me cambió’ y tras escucharlo, el Erik del cine se avienta una carcajada.
Al sonar el tema vuelve la mirada que come al de la pantalla por unos segundos.
Termina la locura y llega la sonrisa contemplativa. Sus ojos se humedecen, aunque de nuevo, la lágrima nomás no sale. Suena ‘Aquí’ y hay un montón de celulares iluminando el Metropolitan. La fotografía del lugar deja ver a Erik sentado, cantando y mirando al público que canta con locura y nostalgia. Comenta algo con su pareja y se ríe.
-¿Te la crees?
-Es una ilusión. Es un momento en el espacio que se queda ahí. No te puedes quedar ahí. Esa madre muerde- responde con una sonrisa casi perversa.
Antes de terminar el concierto comenta algo con su mujer. ‘Frágil’ es el último tema.
Tras el fin de la canción y de la selfie grupal en la pantalla avisa a Rocksonico que en septiembre Allison dará un show en el Pepsi Center. No da más detalles y se va.
Foto: Goliath
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