Historias de fans
Puede decirse sin ningún problema que el final de los 90 y principios de los 2 mil fue la última época semillero de bandas nacionales que se desenvolverían de manera óptima en la escena al grado de convertirse en grandes convocantes de público. Sus presentaciones se convertirían en llenos seguros y totales, no sólo en nuestro país si no en Latinoamérica y en el mejor de los casos también en el mercado musical europeo. Forjarían una sólida carrera para bien o para mal y para el gusto o disgusto del público juez.
Zoé es sin duda la más icónica de la década de los 2 mil y se ha convertido en un referente obligado del pop rock/rock alternativo mexicano hasta la actualidad.
¿Qué fue eso que Zoé logró para posicionarse y consolidarse? Muchos podrán ser los factores, pero uno de los más importantes ha sido la conexión que logró establecer con el público, más allá de los fans que se rasgan la ropa, el público general que podrá nunca haber asistido a un show de la banda pero que sabe quienes son y conoce más de tres canciones. La banda supo llegar a las emociones más profundas y acompañar la vida de mucha gente por eso no es nada extraño encontrar una diversidad de generaciones durante sus presentaciones.
El Foro Sol por ejemplo, durante sus conciertos del 2014 estuvieron abarrotados en general por jóvenes adultos, adolescentes e incluso niños cuando la banda cumplía 20 años de trayectoria en ese entonces. Para el 2015 y durante este año en sus presentaciones del Auditorio Nacional, el público en su mayoría eran de nueva cuenta jóvenes adultos de un rango entre los 23 y 45 años, la gente se dio cita para disfrutar de la banda y recordar su juventud en aquellos años 90, previo al auge del internet para contextualizar.
Hablar de Zoé no es sólo mencionar sus canciones sencillos, o las más populares, ni su colaboración con Bunbury y mucho menos los a veces polémicos y destinados comentarios de León Larregui, vocalista de la banda. Se puede ir más allá y encontrase con la historia de una banda que ha logrado lo que pocos actualmente , tocando temas inherentes al ser humano como el amor, la muerte, la imaginación, la valorización del ser humano y demás.
Los fans por su parte han agradecido a la banda con detalles que van desde hacer viajes para poder verlos hasta nombrar a sus descendientes con el nombre de la banda o algún integrante.
Mónica de 34 años, fue madre a muy temprana edad, siempre ha sido fan de la banda. Su primogénita de 17 años de edad se llamada Zoé. Mónica y Zoé comparten hasta la actualidad el gusto por la banda y este viernes 7 de diciembre ambas asistirán al concierto del Palacio de los Deportes provenientes del norte de la Gustavo A. Madero.
Alfredo por su parte cuenta la discusión que tuvo con su ahora esposa cuando su hija nació pues se aferró a llamarla como la banda que según él mismo comenta es la mejor de México luego de Caifanes. La discusión casi los separa pero por suerte ese capítulo pasó y su hija lleva el nombre de la banda también.
Este es un par de anécdotas de las miles que seguro giran en torno a la banda pues Zoé más que ser un referente musical que ha convertido en una suerte de referente de soundtrack de la vida de muchos.
Este viernes eas emociones se verán reflejadas en los miles de asistentes que provocarán una oleada de sentimientos legitimando la posición que León, Sergio, Rodrigo, Jesús y Ángel se han ganado con un esfuerzo total.
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