Ilusión destrozada - la historia de una chela
Las gotas cada vez más constantes anunciaban la llegada de aquella lluvia que muchos odian, esa que mientras más tupida se vuelve, más incómoda es.
Los escenarios del Festival Tecate Live Out ya estaban en su lugar a la espera del público regio que, al igual que los foráneos, estaba sorprendido por el mal clima que se predisponía para esa tarde en el Parque Fundidora.
Entre todos los invitados había alguien que iba por primera vez a un evento de tal magnitud. Llegó más temprano que todos, aproximadamente a las 10:00 am. Ingresó por el pasillo trasero del Parque Fundidora y esperó su turno para poder acceder al patio principal del recinto.
Justo ahí, frente al Tecate Stage y el Live Outdoor Stage estaba el lugar en el que esperaría algunas horas antes de salir.
Llegada la 1:30 de la tarde, notó sobre el escenario a una chica de cabello ondulado, blusa color vino que quedaba opacada por la guitarra que sostenía entre sus manos. A un costado, un joven de playera blanca con un bigote que deja ver el trabajo previo en la barbería. Al fondo, una chica que vestía completamente en color negro, par de baquetas en mano y un collar plateado que descendía desde su cuello hasta la parte media de su pecho. Todos, justo debajo de la gran pantalla cuyas letras en color verde formaban el nombre Mint Field.
Por 45 minutos escuchó los acordes de “Pasar de las luces”, el LP de la banda que con 13 temas los ha hecho resaltar en la escena tijuanense. Así, el tiempo seguía su marcha y el público, a pesar de la lluvia, seguía arribando al lugar.
Slenderbodies comenzó su participación en punto de las 2:15 de la tarde. Era tiempo de voltear hacia el escenario principal del festival. Empezaba a emocionarle la idea de poder estar más cerca de cada banda y poder sentir las vibraciones de los bajos o los agudos de las guitarras de forma más intensa.
Canciones como “Anemone” o “Grey” recibieron a las nubes grises que llegaron al Parque Fundidora para también disfrutar del evento y no moverse de ese sitio por un buen rato.
Conforme el reloj avanzaba empezó a inquietarse un poco. La lluvia quizá no había permitido que pudiera recorrer más zonas del festival. La ansiedad, el nerviosismo y la curiosidad por ver más allá que solo dos escenarios empezaron a apoderase de su cuerpo y pensamientos.
Con resignación, vio pasar los shows de Nombe, Alma, Belly, Benjamin Booker, Bishop Briggs y Marian Hill. La lluvia para ese momento estaba peor que nunca. Era imposible ver gente sin impermeable; resaltaban los de color amarillo con el logo de los Tigres al centro.
Fue en Vance Joy cuando por fin pudo moverse de ese stand donde había pasado la mayoría del tiempo. Sin importarle la lluvia y con ayuda de un chico de chaleco color azul, cubeta en mano color blanco y vasos edición conmemorativa, comenzó su recorrido por los pasillos del parque hacia los escenarios.
La emoción se hizo aún mayor cuando llegó el turno de ver a The Chainsmokers. Los primeros comentarios que escuchó fueron al estilo de “Es una súper banda”, “Se rifan estos cabrones”, “Tocan bien chingón”, “Están con madre”.
“Chelas, chelas, aquí, chelas”, fue el sonido que escuchó al unísono y que provenía de la parte trasera del punto donde se encontraba. Solo unos pasos bastaron para llegar a aquel lugar donde se encontraba un grupo de jóvenes, tres chicas y dos chicos para ser exactos, con acento a regio nato y ya más ebrios que sobrios.
¿Esa era la sensación de la que tanto le habían hablado? ¿Así se debía sentir abandonar aquella caja de cartón, recorrer los escenarios del festival y reposar sobre un vaso hecho de cebada? Justo estaba tratando de responder aquellas preguntas cuando se sintió lanzada por el aire y vio como poco a poco iba saliendo de ese vaso para impactar directamente con la tierra y el lodo.
A los pocos segundos, escuchó el “no mames mi cerveza, güey” y después las risas de aquellas chicas que segundos antes habían sido empujadas por la gente y que provocó que el vaso saliera volando.
Ahí, tirada en el suelo de un Parque Fundidora hostigado por la lluvia, quedaron los sentimientos de emoción, alegría, nerviosismo, ansiedad…su esencia misma. Minutos después solo sentía el pisoteo de cada asistente que se dirigía a ver el tan esperado final con The Weeknd.
Tirada en el suelo y recordando que tan solo hace un mes había salido de las bodegas de una de las cerveceras más importantes del país, espero a que todo el público saliera a eso de la 1:50 de la mañana del domingo 21 de octubre.
Y sin más nada que hacer, dejó que la lluvia terminara con su ilusión de poder escuchar, sentir y vibrar con las bandas de lo que será su primer Tecate Live Out.
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