Historias de la Semana de las Juventudes
Categoría: NACIONAL | Fecha de Publicación: 24/8/2016 | Por: Diana Mijangos
En el Zócalo de la Ciudad de México - Reseña
Se celebró la Semana de las Juventudes en la Ciudad de México. El fin de semana pasado hubo rock en el Zócalo y en la Plaza de Santo Domingo. Más allá de los problemas con la lluvia del viernes y la buena actuación de cada grupo, hubo historias que tuvieron como protagonistas al amor, el odio, la esperanza y el miedo.
Amor y odio
La Semana de las Juventudes, en el Zócalo, comenzó con el pie izquierdo; un poco de lluvia y un cartel prometedor, la perfecta cita del viernes a la noche. Pero no, diluvió en el Zócalo y las presentaciones tuvieron que esperar, recorrerse un poco para que las miles de almas presentes pudieran entonar su canción favorita.
“Es un buen cartel, es como un mini Vive Latino, con buenas bandas y gratis”, dice sonriente y con chela en mano Elizabeth Medina. “Deberían hacerlo más seguido, cosas así sí se le agradecen al gobierno”, le siguió su novio, Mario Torres.
Después de un par de horas de espera, las bandas comenzaron a salir y los ánimos se fueron encendiendo, de a poco, luego de estar entumecidos y mojados por la lluvia.
Los más esperados de la noche eran Fobia y Carla Morrison, ésta última principalmente por las mujeres y una que otra pareja de enamorados y, cuando salió al escenario, fue eufórico para muchos. La lluvia, que nunca cesó, era el marco perfecto para esas melosas canciones de amor y desamor que la caracterizan.
Alfonso Hernández y Ricardo Muñoz, formaban una de las parejas más enamoradas de la noche, dedicándose las canciones más lindas de Morrison, ésa que habla sobre envejecer juntos y superar todas las adversidades…
“Es una de nuestras primeras citas, vamos directo al enamoramiento”, dijo Alfonso, mientras que Ricardo prefirió sólo sonreír y seguir cantando la canción.
“Nosotros vinimos principalmente por Carla, aunque también nos gusta Fobia”, agregó Alfonso, abrazando cada vez con más fuerza a su Ricardo. Brindaron una vez más por estar juntos en ese ambiente, sin señalamientos, ni prejuicios de ningún tipo y continuaron disfrutando.
Ya más entrada la noche, luego de un largo repertorio de canciones dulces, los más rudos no podían esperar más para que Fobia hiciera presencia, ya todos se veían cantando Microbito u Hoy tengo miedo, por lo que sin importarles que Carla siguiera cantando, comenzaron a clamar por esta icónica banda.
Tras una larga espera, Morrison se despidió, al tiempo que muchos regresaban sus pasos para ir a casa. La lluvia nunca paró y, ya casi siendo la medianoche, la animadora del primer día de la Semana de las Juventudes, anunció que Fobia no se presentaría.
Una gran decepción llegó a la mayoría de los presentes, quienes quejándose y maldiciendo por haberse “chutado” una larga lista de canciones de Carla Morrison, no pudieron escuchar a quienes más les gustaba. “Es el peor día de mi vida”, dijo un chico a otros dos amigos suyos, “eso de escuchar a la Morrison de a gratis no está chido”.
Pese al buen cartel que se anunció y a los miles de fans que se fueron satisfechos por haber escuchado a otras bandas, odiaron que al final tuvieran que quedarse con las ganas de ver a Fobia.
De Tabasco, con amor daltónico
Por: Ángel Armando Castellanos 'Araña'
Viaja cada tres o cuatro meses desde Huimanguillo, en el suroeste de Tabasco, a la Ciudad de México. Empezó a hacerlo desde hace cuatro años. Hace tres conoció el amor y lo ha mantenido desde la distancia. Historias como esa se escuchan todos los días, el provinciano enamorado de la cedemexiquense. Esta vez no sólo hay un corazón como pretexto. Hay algo más fuerte -¿neta hay algo más fuerte que el sentimiento?- y es Enjambre.
Diego estaba en el Zócalo de la Ciudad de México el sábado por la tarde. Lo acompañaba Fernanda. Los dos sostenían una manta negra con la leyenda blanca "Daltónicos por el Enjambre". Él accede a hablar con Rocksonico. Se le ve cansado, los ojos se caen cuando mira al escenario y se iluminan cuando apuntan a ella. La risas de ambos delatan un poco de pena. No pasan de los 21 años y sólo desean que esta noche sea tan inolvidable como las anteriores.
"Soy fan de Enjambre desde hace como cinco años. Todavía me acuerdo que en 2011 fueron a Villahermosa y no pude ir, pero me aventé varias veces para acá (la Ciudad de México) y vengo cada vez que tocan", cuenta.
Así la conoció. Los dos se integraron al club de fans de los de Fresnillo, Zacatecas. Descubrieron que su afinidad iba más allá de las charlas sobre "El Segundo es Felino" y que podía pasar algo más. Se vieron varias veces en los conciertos y notaron que podía dar para más. "Un día no me aguanté y por el Facebook le pedí que fuera mi novia. Dijo que sí de inmediato", revela. Los dos se ponen rojos y él hace una pausa de varios segundos.
"Definitivamente nuestra canción es la de Visita. Nunca nos la han dedicado y espero que pueda pasar pronto, pero por la distancia es la que más nos gusta, quisiera que se viniera conmigo más tiempo", explica ella, tres años menor que él. Añade que sus padres todavía no le permitieron que fuera a Tabasco. Le causa ilusión.
La tarde coquetea con la noche. El sol naranja juega a dejar morado el cielo y las nubes se cierran. Llueve y hace frío. Él cubre las cabezas de ambos con hules color gris. Se miran rojos y corean temas de bandas como La Habitación Roja y Pastilla. Ellos y La Lupita son la antesala de Enjambre. Hay besos y sonrisas.
Sale Enjambre y ellos se meten en su propio mundo. Estallan. Se abrazan y comienzan a cantar uno a unos los temas que se escuchan. No hay uno solo que resalte más que otros. Es SU momento y no lo van a dejar pasar. Muestran orgullosos su manta. Se muestran orgullosos uno al otro y la noche se vuelve eterna. No interpretan "Visita" y les da igual. Terminó el concierto en el segundo día del Festival de las Juventudes y se van
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