Presentación de Disco
Presentación del disco "Lounge King"
La luna, tenue aún, hizo acompañarse por un gélido vahaje que refrescaba a la vez que obligaba el uso de algún aditamento especial para combatir la frigidez que se filtraba y congelaba.
La avenida Campos Eliseos a las nueve menos diez del jueves 21 de diciembre se presentaba monda y sus camellones verdes del alba al crepúsculo eran frondas de sombras y arbustos desvanecidos por la negrura nocturna.
Las reminiscencias de estar atravesando las calles de alguna ciudad europea eran constantes; sin embargo, éstas se perdieron por completo al llegar al bar Déjá Vu, donde vehículos en doble fila y señoras ataviadas de seda mascando goma sin labios herméticos despedazaban la imagen de Occidente para regresarnos abruptamente a la ciudad de México, donde las personas vitandas son la constante.
Llegamos puntuales a la presentación del álbum El Muñecón y su Seducción Musical Presentan: The Lounge King. Lo insinuante y pretencioso del título con el cual se bautizó al disco me intrigó en demasía, tanto por la auto proclamación de monarca y su aseveración de persuadir por medio de melodías, como por el nombre Muñecón.
Definitivamente no encajaba en el ambiente chic que el Déjá Vu presentaba, mucho menos que con la presentación de un LP de música lounge, género musical distintivo por su fácil apreciación y su inherente unión a la vida sofisticada y lujosa, el nombre Muñecón está a millas alejado de un ambiente sutil y ostentoso, por el contrario, es un vocablo dicharachero, populoso y asonante, digno de la clase media baja, la cual nada tiene que ver con una vida lounge, “un estado mental lounge”, como diría el mismísimo rey del género, quien, contrario a lo que pudiera pensarse, su nombre no remite a nada, absolutamente a nada lounge.
Esta primera contradicción llenó mi cabeza durante el trayecto que hicimos desde la entrada hasta los asientos de prensa, a donde un cordial y elegantemente vestido mesero nos dirigió. Los lugares que se designaron a prensa estaban en el primer piso del establecimiento, completamente ajenos al escenario, por lo que nunca tuvimos contacto directo con el refinado Muñecón --un deficiente circuito cerrado nos mostraba el evento. Este hecho ralo me hizo pensar: “¿Llevar medios para tenerlos orillados?, ¿sin acceso al evento y sólo conectados a él por una mala transmisión?”. Antes de salir al escenario y mientras el decente grupo local tocaba, el anfitrión se estuvo paseando, con una máscara de luchador (¿¿lounge??), por nuestro piso y saludó cordialmente a los integrantes de varias de las mesas, en una de ellas se encontraba una sonriente dama de cabello leonado y sonrisa de socialité, su edad, según acusaban las vastas arrugas de su rostro, pasaba ya las cinco décadas y su mirada soberbia me hizo pensar que podría tratarse de la dueña del lugar, idea que fue reafirmada por lo que hizo el exquisito Muñecón al verla:
Tomó la mano izquierda de la fémina entre las suyas obtusas de luchador y el labio befo que salía del plástico de la máscara le postró sonoro beso en la parte trasera de los filenos dedos.
Me causó hilaridad la ambivalencia de una mujer con apariencia de cortesana recibiendo una caricia labial de un hombre vestido de luchador. ¡Ah!, claro, de él no obtuvimos el menor gesto de cortesía, nos ignoró olímpicamente, tal vez, si bien yo no le hubiera aceptado el beso, gustoso le hubiera ayudado a corregir las faltas de ortografía de su “muñecuestionario”.
La presentación comenzó a las once de la noche, se proyectaron varios videos, en uno de ellos se explicaba que el lounge surgió en Estados Unidos donde al término de la segunda guerra mundial una parte amplia de la sociedad gozaba posición económica holgada y deseaba escuchar música de fácil acceso con la cual pudieran celebrar comidas en su jardín y sostener pláticas sin distraerse, ¡no, aunque lo duden no hablo de música de elevador, estoy hablando del lounge… no se rían! Miríadas de pifias técnicas ocurrieron en la proyección de los videos siguientes, la gran mayoría eran musicales.
El disco que ese día se presentó es el resultado de los viajes que ha emprendido el intrépido hombre atrás de la máscara, en ellos conoció varios artistas y descubrió canciones especiosas; después de siete años recopiló múltiples tracks y con la ayuda de Independent Records editó un disco que busca no ser otra recompilación gris de música lounge y trascender como una verdadera reliquia del género, a ese material paradigmático se le conoce como El Muñecón y su Seducción Musical Presentan: The Lounge King. Lo que no me termina por quedar claro es a quién intenta seducir su seducción musical (que no es suya, por cierto), ¿a la burguesía mexicana?, ¿a los ricos de Polanco?, ¿a los amantes de la música lounge? Si es a los primeros, trabajo arduo le costará porque es una clase de dudosa procedencia que, de existir en México, seguramente preferiría leer a Jung o deleitarse con Part; si es a la segunda, me parece que tiene más posibilidades, sobre todo si esa clase engloba a homúnculos como los que se presentaron al Déjá Vu ese día, empezando por el presentador que incurrió en errores gramaticales que debió haber corregido en la secundaria. Finalmente, si busca seducir a los amantes de la música lounge, dudo que logre su cometido, ya que ellos buscan música delicada y distinguida, algo que no podrán conseguir en alguien tan suculento que utiliza una máscara de luchador.
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